Empanaditas de cajeta: un bocado dulce con sabor a hogar

Hay sabores que nos marcan para siempre, como esos postres que nos preparaba la abuelita los fines de semana o en las fiestas familiares. Las empanaditas de cajeta son exactamente eso: un abrazo en forma de masa suave, doradita, rellena con ese dulce espeso y dorado que tantos recuerdos nos trae. ¿Quién no ha probado una y ha sentido una ola de nostalgia?

Hoy te comparto esta receta que me enseñó mi tía en una reunión familiar en Veracruz, y desde entonces la repito cada vez que quiero consentir a mi familia. Es una preparación sencilla, casera, y lo mejor: ¡salen unas 45 empanaditas! Perfectas para compartir, regalar o guardar para el antojo de media tarde.


¿Por qué te encantará esta receta?

Si creciste en México, seguro probaste empanadas dulces alguna vez. En Chile, se conocen como empanaditas dulces y se preparan para fiestas o celebraciones. En España, los postres con masa y relleno también tienen su lugar especial. Esta receta de empanaditas de cajeta tiene ese encanto universal: es fácil, económica, rinde mucho y está llena de amor.

Además, el relleno de cajeta —también conocida como dulce de leche en otras partes de Latinoamérica— le da ese sabor intenso y caramelizado que conquista desde el primer bocado. Y si las pasas por azúcar con canela al final… bueno, ya ni te cuento. ¡Una delicia total!


Ingredientes

Esta receta rinde aproximadamente 45 empanaditas pequeñas. Si quieres hacer menos, puedes dividir las cantidades a la mitad.

  • ½ kilo de harina de trigo (puede ser todo uso)
  • 200 g de manteca vegetal (puedes sustituir por manteca de cerdo o margarina, aunque cambia un poco la textura)
  • ⅓ de taza de azúcar
  • ½ cucharadita de polvo para hornear
  • 1 huevo grande
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 pizca de sal
  • ¼ de taza de leche (puede ser vegetal si buscas una versión sin lácteos)
  • Cajeta al gusto (para el relleno)
  • (Opcional) Azúcar con canela para espolvorear

Preparación paso a paso

1. Prepara la masa base

En un recipiente amplio, coloca la manteca a temperatura ambiente. Bátela (puedes usar batidora o hacerlo con una cuchara de madera) hasta que tenga una consistencia cremosa y suave.

Agrega el azúcar y sigue mezclando. Luego incorpora el huevo y la vainilla. Bate hasta integrar por completo.

2. Incorpora los secos

Agrega la sal y el polvo para hornear. Poco a poco, comienza a añadir la harina. Te recomiendo hacerlo en tandas, mezclando entre cada una.

Cuando la mezcla se vea más seca, incorpora la leche poquito a poquito, solo hasta que se forme una masa homogénea que no se te pegue en las manos.

💡 Tip de cocina: Si la masa está muy seca, puedes añadir una cucharadita extra de leche. Pero si está pegajosa, espolvorea un poco más de harina.

3. Forma las empanaditas

Toma pequeñas porciones de masa (del tamaño de una nuez) y forma bolitas. Luego, con una prensa para tortillas (o con una tabla y papel encerado), aplástalas hasta que queden como mini tortillitas.

Pon en el centro una cucharadita de cajeta. No te emociones mucho con el relleno porque si te pasas, se puede salir al hornear.

Dobla con cuidado la tortillita para formar una media luna y sella bien los bordes. Puedes usar un tenedor o cortar el borde con un vaso para que queden parejas y con forma bonita.

4. Hornea hasta que estén doraditas

Precalienta tu horno a 180 °C. Engrasa una charola con manteca (o usa papel para hornear) y coloca las empanaditas con espacio entre ellas.

Hornea por 20 a 25 minutos o hasta que las veas ligeramente doradas en la base.

5. (Opcional) Pásalas por azúcar con canela

Mientras aún están calientes, puedes pasarlas por una mezcla de azúcar con canela. Esto les da un toque crujiente y aromático irresistible.

🍂 Este paso es opcional, pero muy recomendado si las vas a servir como postre o acompañamiento con café.


Consejos para servir y conservar

Cómo servir:

  • Calientitas: recién salidas del horno con un vaso de leche fría o un café de olla.
  • A temperatura ambiente: ideales para una merienda o para meter en la lonchera de los peques.
  • Decoradas: espolvoreadas con azúcar glass para una presentación más elegante.

Cómo conservar:

  • En frasco hermético: duran hasta 5 días a temperatura ambiente.
  • Congeladas: puedes congelarlas ya horneadas por hasta 1 mes. Para disfrutarlas, solo mételas 5-8 minutos al horno.

Notas útiles y variaciones

  • Versión vegana: usa leche vegetal, margarina sin lácteos y reemplaza el huevo por 1 cucharada de linaza molida con 3 cucharadas de agua.
  • Sin gluten: usa una mezcla de harinas sin gluten. La textura cambiará, pero seguirán deliciosas.
  • Rellenos alternativos: si no tienes cajeta, puedes usar mermelada de guayaba, dulce de membrillo o incluso un poco de crema de cacahuate con miel.
  • Empanaditas saladas: con esta misma masa, puedes hacer versiones saladas usando rellenos como queso con rajas o champiñones.

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Puedo hacer la masa un día antes?

Sí, puedes dejar la masa lista y guardarla en el refrigerador por hasta 24 horas. Solo déjala reposar unos minutos a temperatura ambiente antes de usar.

¿Se puede usar dulce de leche en lugar de cajeta?

¡Claro que sí! La textura y el sabor cambian un poco, pero quedan igualmente ricas.

¿Por qué se me sale la cajeta al hornear?

Probablemente estás usando demasiado relleno o no estás sellando bien los bordes. Usa poca cajeta y asegúrate de presionar bien los bordes.

¿Qué tipo de cajeta es mejor?

La cajeta quemada tiene un sabor más profundo, pero también puedes usar la tradicional o la envinada, dependiendo de tu gusto.

¿Se pueden freír en lugar de hornear?

Sí, aunque no es lo tradicional con esta masa. Si decides freírlas, hazlo en aceite caliente a fuego medio y colócalas sobre papel absorbente después.


Información nutricional (por empanadita aprox.)

  • Calorías: 90–110 kcal
  • Grasas: 5 g
  • Azúcares: 5 g
  • Carbohidratos: 12 g
  • Ideal para: niños, ocasiones especiales, postres caseros

❗ No es una receta ligera, pero sí confortante y llena de sabor. Perfecta para consentirte de vez en cuando.


Conclusión y llamada a la acción

Las empanaditas de cajeta no solo son un postre, son una tradición, un recuerdo, una forma de compartir cariño con quienes más queremos. Prepararlas es fácil y divertido, y el resultado… bueno, seguro te roban más de un suspiro.

¿Te animas a probar esta receta? Cuéntame cómo te fue, si las hiciste con tus hijos, tu pareja o tu abuelita. Y si te gustó, compártela con alguien que ame la cocina casera tanto como tú.

¡Feliz horneado y que el aroma dulce llene tu hogar! 🍬🥟✨

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